Chapter One

EDUARDO HUANG INTRODUCES HIMSELF


Me llamo Eduardo Huang y tengo 16 años y vivo en el barrio de Usera, en la ciudad de Madrid, en el país España, cerca de una peluquería.

Vine a España en el año 2007. Me trajo mi padre. Mi madre está muerta.

En España, Madrid, Usera, hay muchos chinos. Casi todas las familias pobres de Chong Qing emigraron en busca de "un futuro mejor", como dicen en el instituto los profesores. Mi padre, Lin Huang, era rico en realidad. El más rico de Chong Qing. Tenía cuatro camiones y una empresa de reparto de bebidas y alimentos que cubría toda la región. No teníamos en verdad ningún motivo para abandonar Chong Qing.

El motivo fui yo.

Mi padre dirigía esta empresa, Bebidas y Alimentos Huang, y en su gran almacén central podías encontrar toneladas de refrescos, agua embotellada, cerveza de Manchuria y sake japonés. También había vino y algunas bebidas de alta graduación. Hablo sólo de bebidas por una razón: a mí no me gustaba ninguna de las bebidas a las que podía acceder gratuitamente en el gran almacén Huang.

Un gato trepó a la pila de cervezas. Era un gato viejo o tonto, porque se cayó y se mató: en China no creemos que los gatos tengan 7 vidas. Tienen una como todo el mundo.

Su cabeza chocó contra el suelo y se partió. Poco a poco empezó a salir su sangre, formando un charco con forma de media luna.

Yo contemplé el accidente con indiferencia. Ver morir a los gatos no es tan divertido como creen en Madrid. En realidad es algo muy aburrido.

Sólo el brillo de la sangre, su olor particularísmo, consiguió conmover mi corazón de 10 años. Me acerqué al charco de sangre y hundí un dedo en él y luego otro y me metí ambos dedos en la boca y supe que mi bebida favorita no sería nunca Coca Cola Zero. Sería sangre.

¿Por qué? No lo supe hasta que vine a Usera, en Madrid, en España, como cuento en el Capítulo primero de este blog.

Cuando mi padre me descubrió bebiendo sangre (maté una rata y hundí el dedo en sus entrañas) me dio, como dicen en Usera, "una buena hostia".

Esa "buena hostia" no cambió mi dieta, que se componía de sangre y arroz, fundamentalmente.

Mi afición por la sangre acabó con nuestra acomodada vida en Chong Qing. Una cadena local engañó a mi padre: le dijo que estaban haciendo un programa sobre empresarios de éxito. El objetivo era animar a los lugareños a permanecer en su comunidad y luchar por "un futuro mejor". Las autoridades estaban muy preocupadas por la sangría de la emigración.

En la tele nos hicieron esta foto.

Mi padre, a la izquierda, viste su habitual mono de trabajo. Aunque tenía 32 obreros seguía cargando cajas y conduciendo camiones. Le gustaba.

Yo llevé a la tele la cabeza de mi vecina Lixue. En la foto trato de que no gotee la sangre por el agujero que le hice en la sién a Lixue con un punzón de picar hielo.

Todo era un engaño. La TV local no me llevó para mostrar al público la siguiente y prometedora generación de empresarios locales, sino para preguntarle a mi padre si era verdad que su hijo Yan-Yan bebía sangre.

La crónica del programa pudo leerse también en prensa local. Aquí:

Vampire Child Found in China

A fourth grade boy in Chong Qing, China was a little vampire. He loves drinking blood. This weird habit started while he got an unknown sickness acting just like the vampire in the movies, he would pass out and his body would becomes stiff as a board.
Out of superstition, someone smeared dog blood on his face to cast out the evil. The boy licked away the blood and got better. Now every time he gets this sickness, he needs to drink blood.
A Chinese Central TV Station reported his story and named him a ‘Vampire Boy’.
The boy’s physiologist says that his symptom is physiological. He was raised by his grandparents and after they died, the family kept the coffin in the house, which messed the little boy’s head up.
Currently he’s undergoing the treatments and the condition is getting better now.

Lo que no contaron es cómo la entrevistadora preguntó y preguntó qué llevaba en la bolsa de plástico, y por qué tenía siempre el dedo índice apretado contra ella. Insistió tanto que se me cayó la bolsa, rodó la cabeza de Lixue, y sus ojos muertos y secos dieron un buen susto a más de uno.

Mi padre, después de darme otra "buena hostia", me sacó de la TV y me metió en un avión. Dejamos atrás un gran negocio de bebidas, y mucha ropa, para desembarcar por los aires en Madrid, sin saber hablar ni una palabra de español y "con una mano delante y otra detrás".

Mi padre me cambió de nombre: de Yan-yan a Eduardo; y me metió en la escuela, donde aprendí el idioma español y expresiones de utilidad diaria en Usera como "una buena hostia", "chino de mierda" y "chinito".

Mi padre vende otra vez bebidas y alimentos, pero en una tienda diminuta de la calle del Olvido. Sus sueños de expansión y éxito empresarial "se han ido a tomar por el culo".

A mí trata de enseñarme el negocio, y vendo a veces donuts y barras de pan.

Pero yo sé que mi futuro, "un futuro mejor", se encuentra en el mundo del cine, de las películas.

No en vano la temática vampira está de moda. Ni siquiera saben de qué "coño" hablan cuando hablan de vampiros.

-->Pueden hacerme preguntas en mi Formspring
-->Pueden contactar conmigo para contratarme de vampiro en Facebook. (Eduardo Huang)